3 ene 2013

PULSACIONES


Por fin quietas, las notas se escapan por el pentagrama y apenas puedo seguirlas por el teclado. Casi pierdo el ritmo, el público se inquieta. Llega el doble sostenido, falta poco, me rindo, la partitura se acaba. Todo está oscuro y silencioso.
Pablo Vázquez
Ya no, alguien aplaude al fondo. Qué extraño, son como teclas blancas y negras aunque sin armonía.
Ahora se levantan todos de las butacas, comienza el estruendo.

3 comentarios:

  1. ¡Hoy sí!

    Buen micro, Don Pablo. Transmite la inseguridad eterna del artista.

    Un abrazo y feliz 2013.

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  2. Hola Pedro.
    La verdad que intenté usar bien la primera persona, el soliloquio, y no sé si quedó muy forzado, pero gracias. Un abrazo.

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  3. Hola Pablo.

    Me gustó mucho como retratas ese instante de vacío, ese momento de vértigo entre la interpretación y el reconocimiento.

    Muy bueno.

    Una abrazo

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Muchas gracias por tus palabras.