Cinco años después, Malena regresó
a Madrid tras recorrer en el avión diez mil kilómetros. Llegó tan triste como
una cereza cuando es separada de su rabito, antes de tiempo, porque le
acompañaba una ausencia desde Tokio
Con el ánimo cual pedúnculo
marchitado, alquiló un coche en el aeropuerto y condujo por la autovía hacia
Extremadura. A mediodía llegó a Cabezuela del Valle. En la habitación del
hostal abrió la maleta y sacó alguna ropa y objetos. La pintura de un cerezo en
flor decoraba el bello estucado de la urna fúnebre que depositó sobre la
mesilla.
Paseando por la calle, entró a la
frutería y sus ojos se clavaron en las bandejas llenas de picotas. El amable dependiente
le ofreció algunos de esos frutos colorados. Malena probó uno y sintió cómo
maduraba su ánimo, mientras saboreaba el gusto fresco y dulce sin empalago de
la picota, igual que un beso de Toru, su marido, revivido en ese momento. En su
cabeza resonó el poema que le escribió al conocerla:
Comamos fruta madura
cobijados por la sombra
de un cerezo.
Pablo Vázquez
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| Imagen propiedad de la web http://www.cerezadeljerte.org/ |
Este microrrelato participó en el blog Esta noche te cuento, una página muy completa para leer cientos de microrrelatos de los escritores y escritoras con mayor actividad e interés en la red (no me incluyo, por supuesto)
Aprovecho para comenzar una serie de publicaciones de microrrelatos que he presentado a diversos concursos y no se han comido ni una picota, como en este caso.
Como siempre es mejor buscar el lado positivo, que sirva de muestra para saber LO QUE NO HAY QUE ESCRIBIR A QUIEN QUIERA PARTICIPAR EN EL SUCULENTO CONCURSO ANUAL DE MICROCUENTOS CEREZA DEL JERTE. Y es sabroso de verdad porque el premio es un viaje y además picotas para un año completo.
Ahí mismo dejo el enlace para poder leer los microcuentos ganadores y mencionados.
Pablo, un micro muy bueno, al final no sé si es tuyo o no, pero creo que sí.
ResponderEliminarGracias por el enlace del concurso, aunque los micros no son lo mío con el poco tiempo que hay para leer y escribir voy a tener que pasarme a este género.
Abrazos
Pues a mí me ha gustado, Don Pablo. Si aceptas una crítica constructiva, igual tieme demasiadas picotas para tan poco desarrollo, lo que puede convertirlo en empalagoso al jurado.
ResponderEliminarPor lo demás, lo dicho, yo lo he disfrutado. Incluso -mira lo que te digo- el haiku final.
Un abrazo.
Hola, Pablo: Una historia (la has definido muy bien en el título), minúscula pero muy intensa, si señor, apta para premio aunque sólo sea por el símil del beso con la picota.
ResponderEliminarTornasol
Pues estoy como Pedro tanto en lo positivo como en lo negativo que ha encontrado a tu micro.
ResponderEliminarEe todas maneras en los concursos, ¡ya se sabe1 hay un gran componente de suerte.
Besitos
Buenas.
ResponderEliminarMuchas gracias por los comentarios. La verdad que tener que usar un elemento (las cerezas en este caso) puede forzar el resultado, es así. También es un reto. Bueno, la verdad que lo que más gracia me hizo fue lo de escribir ese haiku falso total. Abrazos.
Fijación con las cerezas Pablo?
ResponderEliminarMe ha gustado. Creo que sobran algunas e incluso palabras.
"El amable dependiente le ofreció alguna" (s de esos frutos colorados) para mi sobra lo que tienes entre parentesis y que por otro lado estas dando información extra, ya sabemos el color de las cerezas.
Y ojo, una cosa es cereza y otra picota. Creo que picota es cuando no tienen rabito y cereza si. Esto si que puede confundir al lector.
Un abrazo
Hola Miguel.
EliminarNo, la verdad que era por el concurso al que iban dirigidos estos micros, por eso salen cerezas. Tienes toda la razón que se puede resumir un poco. Mi error últimamente es que hay ocasiones en que no confío que se entienda un texto sin una "ayudita" y eso es confiar poco por mi parte en el lector.
Lo de la picota es cierto, creo qu evan sin rabito siempre.
Gracias, se agradece.