- ¿Falta mucho, mami?
- Pero si
todavía no hemos embarcado.
- ¿En barco, vamos en un barco? ¿Con delfines,
tortugas gigantes y ballenas? Tiburones no, me dan miedo. Los colmillos muy
grandes, llevan muchos y muerden como Jime, la mayor de la guarde. Quiero ver
focas, en la nieve, como Quita, mi foquita. ¿La ves mami?, la cogí para que vea
más focas, y leones de los marinos. ¡Yo quiero, yo quiero, quiero salir ya!
¡Porfa, porfa mami! ¡Porfa, porfa mami!
- Tranquilo Dani,
tranquilo, ¿porqué has traído el peluche? Con lo viejo que está, tan
despeluchado y ese roto que tiene en la tripita, dámelo.
- No, no, es mío, me lo regaló el tío y me lo
llevo… Tiene pupa, como papi ¿verdad mamá?
- Anda, ven
conmigo. Vamos a mirar por la ventana grande esos aviones tan chulos que
aterrizan. Mira, mira, míralos con las alas, aquél que despega y sube hacia el
cielo…
- A la nube, a esa que parece un coche. Sí y
van muy ráaapido, bruuuummmmm. Van a chocar el avión y el coche, ¡plaf!,
¡boummm!
- No parece un
coche, Dani, es una nube y el avión la atraviesa y sigue volando.
- Sí, mami sí, el coche grande que chocó con
el de papi, delante del taxi, en el taxi lo vimos. Y se agarró al globo blanco
que salió del volante…
- Sí Dani, tenía
sueño porque estaba malito.
- … y como estaba tan malito no lo despertaste
¿verdad?
- Sssí, sí,
tenía que dormir.
- Porque se manchó de rojo, la nariz y la
boca y los dedos todos colorados con el rotu roto. Si se levanta pronto lo
mismo llega ahora y viene con nosotros.
- Claro Dani,
puede ser pero papá va a tardar un poco más, así que vamos a la cola.
- ¿”Pa” qué es la cola?
- Para subir al
avión hijo.
- Y vamos a ver a Mickey y Donald y Woody
- No, no tesoro,
no vamos a Paris. Nos vamos a Viena.
- Donde hacen el pan, sí, sí y las salchichas,
qué ricas.
- Pero las de
allí te van a gustar mucho más.
- Qué bien, vale. ¿Está cerca de casa?
- No, hijo no,
es más lejos.
- ¿En la playa, con los tíos?
- No, mucho más
lejos, es otro sitio más allá del mar.
- ¿Y tardaremos muchos días?
- Ay, no, no.
Tardaremos mucho menos porque vamos volando del tirón, sin parar y veloces como
el rayo.
- McQueen, como Rayo McQueen y los coches.
- Sí, y en lo
que tardes en ver la peli ya estaremos aterrizando allí. Y así verás al abuelo
Samuel y a la abuelita Hannah.
Pon el peluche
con mi bolso, encima de la cinta de plástico negro, Dani.
- Y nos comeremos las chuches que nos gustan,
que las llevo yo.
¿Qué chuches me
dices cariño?
- Las del coche de papá, se le cayeron al
suelo, unas gominolas muy bonitas, de colores y monedas de chocolate duro y…
-¿¡Dónde las
escondiste Dani!? ¡Dónde!
- En mi peluche, para dárselas a la
abuelita. No me mires así que me asustas, mami.
-…
- POR FAVOR
SEÑORA, DETÉNGASE INMEDIATAMENTE. LLAMANDO A ADUANAS, MUJER SOSPECHOSA EN ÁREA
DE EMBARQUE, AVISANDO A ADUANAS, REPITO, SOSPECHOSA EN ÁREA DE EMBARQUE.
- ¿Qué, qué
sucede agente?
- HAGAN EL FAVOR
DE PARARSE USTED Y EL NIÑO Y ESPEREN QUE MI COMPAÑERA LES ACOMPAÑE A LOS DOS.
- Mami, ¿qué pasa?
- LEVANTE LOS
BRAZOS, CRUCE LAS DOS MANOS DETRÁS DE SU NUCA Y SÍGANME USTED Y EL NIÑO. HOLA,
¿CÓMO TE LLAMAS?
- Mamá, no conozco a esta señora de verde,
¿se lo digo?
- Sí hijo,
díselo.
- Me llamo Dani, y quiero ya a mi foca que
se llama Quita. ¡Es mía!
Pablo Vázquez
Colgado el año 2011 en la selección de relatos sobre Viena de la web literaria y radiofónica Sexto Continente.
Logo de la web del programa de radio, Sexto Continente |
Lunes. Día de blogs.
ResponderEliminarEl final del relato, Pablo, es genial, pero a mi modo de ver hay demasiada paja antes de llegar a él.
Creo que debes eliminar algo sobra mucha descrpción, palabras made-hijo-padre...
Creo que condesadolo harías que llegasé a un final pronto y expectante por saber que pasa.
Un abrazo
Miguel
Hola Miguel.
EliminarPues tienes razón porque son diálogos solamente, la idea fue no narrar nada, sólo con lo que dicen los personajes y claro, has dado con el gran fallo, se puede hacer cargante tanta repetición o diálogo sobrante. Bueno, la verdad que fue divertido escribirlo, pero miraré a ver si se puede retocar mejor.
Muchas gracias.
Estoy de acuerdo con ambos, Pablo.
ResponderEliminarLos relatos basados unicamente en diálogo han de ser muy contundentes, porque en caso contrario caemos -irremisiblemente- en tratar de explicar demasiado a través del diálogo y entonces no es natural.
Ahora bien, aquí tienes una idea fantástica.
Un abrazo,
Hola Pedro.
EliminarSí, es verdad que por buscar el costumbrismo se me fue esa contundencia que necesitaba. Gracias y a este paso lo voy a reescribir un día de estos.
Un abrazo.
Más o menos opino como Miguel y Pedro. De todas maneras escribir un diálogo donde habla un niño es bastante difícil, la mayoría les falta naturalidad. Y si me permites ganaría mucho el relato si a través de lo que dicen los dos personajes nos mostraran esa detención sin necesidad de describir la escena que rompe un poco con lo anterior. No es fácil pero ccreo que ganaría mucho, espero que no te moleste el comentario, yo lo intentaría por ahí.
ResponderEliminarBesitos
Hola Ely
EliminarLo primero es que me alegro que hayas separado tu blog en dos blogs que siguen ofreciendo joyas en ambos casos
Y lo segundo, te doy las gracias porque es verdad que resultaría mucho mejor usar el diálogo madre/hijo para ver lo de la detención, eso no lo había pensado la verdad.
Besos.
Pablo, estoy de acuerdo con Ely, este relato me gustaba mucho tal cual,(no coincido con Miguel y Pedro en lo de los recortes) pero la detención vista desde los ojos de un niño debe ser peliaguda.
ResponderEliminarMe encanta que compartas tus relatos por aquí.
abrazos
Hola Loli
EliminarPues tienes razón, quizás desde los ojos del chaval está poc conseguido lo escalofriante del relato. La verdad que sí, voy subiendo muchos relatos y relatillos al blog. Al final está especializado en microrrelatos, así lo renuevo más.
Un abrazo.