Manuel
termina de almorzar y se sienta en su silla, cerca de la tribuna de los pobres,
siempre en el mismo sitio. Cuando están ocupadas sus baldosas se las ceden de
inmediato, porque todos los visitantes, tanto malagueños como guiris, conocen a
Manuel, el de la suerte.
Se
regocija con la pollinica, enre risas de niños. Tantea con pies y manos, el
ritmo al paso de los gitanos. Esancha el pecho al sentir cerca el trono de la
sangre. Se aflige por la humillación. Siente el viento del este y huele la
humedad amenazadora que impide sacar la Esperanza. Se
sobrecoge al escuchar alejarse a los
penitentes de Servitas.
Y
después de la Semana
Santa sigue vendiendo cupones el resto del año, sentado en su
silla, desde la tribuna del ciego, sonriendo cada vez que los coches y motos
chirrían al pisar la cera pegada al asfalto.
Este es uno de los tres microrrelatos sobre la Semana Santa de Málaga presentados este año al I Concurso convocado por el diario la Opinión de Málaga. Siempre se agradecen estas convocatorias y que además tengan la deferencia de publicar todos los micros presentados en su periódico online:
y este en concreto en este enlace.
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