22 jun 2012

ESPERANZAS

Hace unos días, al salir a comprar cerca de las dos de la tarde, me crucé con cuatro adolescentes, dos chicas y dos chicos. Probablemente regresaban de su instituto porque iban vestidos de uniforme, llevaban mochilas y utensilios escolares. El joven más alto del grupo cogió una piedra que había sobre el césped de un jardín de la calle y se la lanzó a un gato. El pedrusco pasó cerca del cachorro, que parecía dormitar sobre la hierba, pero por fortuna no le impactó.
Entonces paré, me di la vuelta y le dije al chico:

- ¿Qué haces tirándole una piedra al gato?

El quinceañero se volvió a su vez; mirándome serio respondió:

- Pues si el gato fuera tuyo, entendería que me lo dijeras.
- Y si te tirasen a ti la piedra ¿qué pasaría?

El adolescente seguía inmutable, dispuesto a continuar el trayecto junto a sus compañeros.
 
- Yo sabría defenderme, no como él.

Entonces, mientras reanudaban su camino los cuatro jóvenes, añadí:

- Pues tú mismo has dado con la respuesta.

Yo  me alejé en sentido contrario también.

Las razones para recordar este encuentro son que, aunque a regañadientes, tanto el chico como yo dialogamos. Es un buen síntoma a pesar del motivo de la conversación.
También me dio esperanza que ninguno de los dos nos faltásemos al respeto, nos escuchásemos y no llegáramos  a insultarnos.
Además, lo que más me tranquilizó es que el chico tenía mala puntería.

Pablo Vázquez

PD: Mi madre está empeñada en que todo lo que escribo es autobiográfico
Lo cierto es que llevaría razón en este caso.

4 comentarios:

  1. A mi me surge una pregunta recurrente, Don Pablo.

    Antes nos preguntábamos que mundo le ibamos a dejar a nuestros hijos, y hoy no dejo de preguntarme que hijos le vamos a dejar a nuestro mundo.

    Sin duda, tu historia sí tiene algo de esperanzadora. Al menos no te atacaron entre los cuatro.

    Un abrazo,

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  2. Hola Pedro.
    Es verdad, tampoco lo grabaron por el móvil, cosa qu ealgunos sí hacen cuando se trata de gamberradas.
    Por cierto, acabo de ver al gatito hace poco y estaba bien.
    Un abrazo.

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  3. Va a ser que el último es un buen motivo, ese de que tenía mala puntería.
    Pero me alegra más pensar que a pesar del tema existió diálogo, algo es algo en los tiempos que corren, prefiero mirar al mundo desde ese punto.

    Besitos

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  4. Oye, siempre llego tarde a los comentarios y además no sé si me toca en esta casilla, pero pienso igual que los demás: siempre es bueno empezar a dialogar, aunque sea en otro idioma.
    Abrsazotes.

    Tornasol

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Muchas gracias por tus palabras.