«Muerto pero mío y fresco», pensó al ver abatido el estornino a sus pies Miguel, pasmado por el frío y la humedad, después de arrastrarse por setos, charcas o sendas entre cultivos, bosques y prados, tan exhausto como hambriento tras dos largas jornadas de huida.
Los cazadores se alejaban con los perros olfateando piezas mayores. Aunque habría preferido un faisán, el evadido apresó al ave olvidada, porque más valía ese pájaro en mano o en su boca. Hasta que un perdiguero rezagado y amenazador se asomó, babeando entre los juncos.
Miguel, siempre optimista, supuso que habría bastante comida para los dos.
Los cazadores se alejaban con los perros olfateando piezas mayores. Aunque habría preferido un faisán, el evadido apresó al ave olvidada, porque más valía ese pájaro en mano o en su boca. Hasta que un perdiguero rezagado y amenazador se asomó, babeando entre los juncos.
Miguel, siempre optimista, supuso que habría bastante comida para los dos.
Microrrelato publicado en el libro 200 Microrrelatos de Terror ArtGerust. Homenaje a Edgar Allan Poe de la web Artgerust
Datos de contacto y venta, en los enlaces.
Bueno, eso es optimismo, quizás con esa actitud consiga negociar con el perdiguero.
ResponderEliminarMe gustó.
Besitos
Muchas gracias, de verdad. Besos.
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