Y nada más existió hasta la llegada de la jaula.
Estrujó la bolsa de gusanitos, tan vacía como el túnel y la tiró a suelo. El silencio reinaba en
la mina desierta. Caminó de un extremo a otro por la gruta, contando las vigas
y balizas unas doce veces, quizás trece. Pasada una hora comenzó a escuchar el
chirrido metálico de las poleas. Se levantó, acercándose a la caña para subirse
a la jaula, tranquilo y decidido. Apagó la linterna del casco. No tenía ninguna
prisa.
Pablo Vázquez
Con motivo de las marchas mineras que llegarán a Madrid el 11 de Julio y apoyando el blog Microrrelatos Negro Carbón, publico aquí mismo mi aportación a estas peticiones.
Publicado en este enlace: La espera pero hay muchos micros más y todos interesantes.
Publicado en este enlace: La espera pero hay muchos micros más y todos interesantes.
Te he leído en NEGRO CARBÓN y he venido a saludarte, me gusta lo que veo, volveré...
ResponderEliminarPor allí ando yo también.
Besicos
Espero poder contribuir, ya veremos. Tu contribución es buena.
ResponderEliminarBesitos
Hola Elysa
ResponderEliminarPues estaré pendiente de leer tu micro para los mineros, con lo que tú sabes de esa materia prima y de joyas...
Hola Cabopá
Enlace directo y por supuesto a seguir tu blog también, yo soy un principiante. Un abrazo.