Pablo Vázquez |
Y al otro lado de
la ventana, nada de nada. El padre Juan dejó de observar la calle, mientras
frotaba el vaso y la patena; cogió las formas sin consagrar colocándolas en su
cajita, rellenó con vino y agua las vinajeras. Después se ajustó el alba con el
cinto, al tiempo que cruzaba los extremos de la estola. Se colocó la casulla,
rectificándola desde los hombros.
Descansó unos
minutos en la silla y eligió el salmo que recitaría en la ceremonia. Salió de
la sacristía y dejó todo el material litúrgico sobre el altar, se santigüó y
volviéndose al templo vacío comenzó la misa.
Pablo Vázquez
Un micro que ofrece varias interpretaciones, Don Pablo, y ese es el matiz que lo engrandece.
ResponderEliminarPersonalmente, me quedo con la que apunta a la pérdida de clientes en el negocio. Esa es la que más me gusta.
Un abrazo,
Hola Pedro.
ResponderEliminarPues gracias por las interpretaciones, no pensé que tuviera varias, pero la que dices de pérdida de clientes es muy buena.
Un abrazo.