Grupo 7 lleva varios meses disponible en DVD, se puede encontrar en las bibliotecas de todas las comunidades autónomas. Mirad y pulsad en este enlace.
Esta crítica se publicó originalmente en El Rincón del Cine, con motivo de su reestreno para aprovechar las candidaturas a los premios Goya, de los que consiguió los de mejor actor de reparto y mejor actor revelación.
Título:
Grupo 7 País: España Productora: Atípica Films, S.L. (José
Antonio Félez Aznar), La Zanfoña Producciones, S.L., Sacromonte Films,
S.L. Estreno en España:
04/04/2012 Reestreno en España:
13/01/2013 Dirección: Alberto
Rodríguez Guión: Rafael
Cobos y Alberto Rodríguez Reparto: Antonio de la Torre, Mario Casas, Julián Villagrán, Joaquín
Núñez, Estefanía de los Santos, Inma Cuesta y Elías Pelayo. Página facebook: https://www.facebook.com/GRUPO7lapelicula
Argumento: A
finales de los años ochenta y principios de los noventa, el grupo 7 es la
unidad especializada en delitos relacionados con drogas. Formada por cuatro
policías en Sevilla, ellos son los encargados de hacer redadas deteniendo a los
camellos y drogadictos por barrios marginales y el casco antiguo. Su fin es
dejar presentable la capital andaluza para la Exposición Universal
de Sevilla del año 1992. Sus medios son flexibles -legalmente- y contundentes.
José Antonio Félez (productor) y Antonio de la Torre (actor) de Grupo 7, tras la lectura de películas finalistas a los Goya 2013. (Foto: Pablo Vázquez) |
El cine negro es uno de los
géneros que más prejuicios se ha quitado de encima en el cine español, aparte
de producir algunas de las mejores películas desde el año 2009. Celda
211 y No habrá paz para los malvados son precedentes
premiados y afirmativos de esta corriente genérica. Y Grupo 7 lo refuerza.
Es un largometraje de acción
tanto en cada una de sus secuencias por separado, como en el metraje completo,
con un ritmo que nunca desfallece ni retrocede. Los momentos de persecuciones,
robos, asaltos y tiroteos son tan trepidantes como creíbles. Mientras que las
escenas intimistas apoyan e impulsan el desarrollo de la historia. Alberto Rodríguez
retrata a los policías, familiares y gobernantes de la misma forma que a los
traficantes, prostitutas y yonquis, mirándolos de frente y sin juzgarlos, sin
separarlos por divisiones morales ni legales. Gracias a este punto de vista no
podemos hablar de una película de buenos y malos, sino de algo más parecido al
juego infantil de "polis y cacos". Ambientada de forma muy
covincente en Sevilla, al terminar la década de los ochenta y comenzar los
años noventa, la película nos sumerge en los éxitos y vivencias de cuatro
policías, centrándose sobre todo en dos: Ángel (Mario Casas) y Rafael (Antonio
de la Torre)
Ellos son los que vertebran este estudio de personajes de un policía novato y
otro policía veterano, el duro y el sensible, que evolucionan e intercambian
sus papeles.
Pero a pesar del localismo
andaluz -evidente pero no reductor- la propuesta de Alberto Rodríguez es
claramente universal y extrapolable a cualquier otra gran ciudad. Denuncia a las
instituciones, fuerzas de seguridad, delincuencia y tejido social por medio del
entretenimiento, sin usar doctrinas pesadas ni señalar con el dedo a los
personajes y sus comportamientos. Y es así porque confía en que los
espectadores seamos lo suficientemente adultos para comprender el mensaje.
El error de Grupo 7, por el que
quizás no consiguiera los resultados que merecía en taquilla se debió tal vez a
un enfoque promocional, mal planteado, como película de acción al modo
norteamericano.
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