UNA CANCIÓN
Un cuadro refleja un paisaje, un hecho histórico, un retrato de una persona, célebre o anónima, o una sensación; y a partir de aquí propicia el rechazo o la admiración del espectador. Una escultura da forma a materiales sin vida aparente. Una novela o un cuento relatan pasiones, gozos, sensaciones. Una fotografía guarda el instante, una hebra de emoción. Incluso los poemas evocan y emocionan. Pero todas estas formas de arte o comunicación necesitan cierto esfuerzo por nosotros al mirarlas, analizarlas o leerlas.
La música para la gente que no es sorda (qué injusta es la falta de algún sentido en las personas) tiene la capacidad simultánea de transmitir sentimientos, alegrando o entristeciendo, enamorando o inquietando, por una orquesta que ejecuta su sinfonía o cantores virtuosos que interpretan solos o a coro una ópera.
A medida que cumplo más años y olvido más cosas, conozco pocas como un olor, con una evocación tan rápida y fuerte para volver a un tiempo ya pasado al sentir esa fragancia que desprenden las mismas flores de la ciudad en la que veraneábamos de niños. O el sudor penetrante característico en los últimos años de un ser querido.
Pero no veo nada tan certero, tan parecido al recuerdo inmediato de un suceso que nos motiva a decir esa frase típica de “esto ya lo he soñado”, nada que conecte de forma simultánea a muchas personas que ni siquiera se conocen. Nada que me transporte de los cuarenta a los quince años por el túnel del tiempo, un invento que es verdadero y real que es cualquier canción que me recuerde quién soy y de dónde vengo.
Hoy mismo ha muerto Antonio Vega, un escritor y compositor de canciones, además de cantante y guitarrista. Lo seguí desde mediados de los años ochenta hasta finales de los noventa después de escuchar sus discos en solitario y los de Nacha Pop con respeto y gran afición. Reconozco que otras maneras de pensar, distintos gustos y puntos de vista, o simplemente la pérdida de mitos, me desconectaron de él durante una década, sin embargo hoy he estado escuchando muchas de sus canciones en la radio y he vuelto a encontrarme con amigos perdidos, torpezas de amor y sobre todo a mirar atrás, como dijo él mismo en esta canción
La música para la gente que no es sorda (qué injusta es la falta de algún sentido en las personas) tiene la capacidad simultánea de transmitir sentimientos, alegrando o entristeciendo, enamorando o inquietando, por una orquesta que ejecuta su sinfonía o cantores virtuosos que interpretan solos o a coro una ópera.
A medida que cumplo más años y olvido más cosas, conozco pocas como un olor, con una evocación tan rápida y fuerte para volver a un tiempo ya pasado al sentir esa fragancia que desprenden las mismas flores de la ciudad en la que veraneábamos de niños. O el sudor penetrante característico en los últimos años de un ser querido.
Pero no veo nada tan certero, tan parecido al recuerdo inmediato de un suceso que nos motiva a decir esa frase típica de “esto ya lo he soñado”, nada que conecte de forma simultánea a muchas personas que ni siquiera se conocen. Nada que me transporte de los cuarenta a los quince años por el túnel del tiempo, un invento que es verdadero y real que es cualquier canción que me recuerde quién soy y de dónde vengo.
Hoy mismo ha muerto Antonio Vega, un escritor y compositor de canciones, además de cantante y guitarrista. Lo seguí desde mediados de los años ochenta hasta finales de los noventa después de escuchar sus discos en solitario y los de Nacha Pop con respeto y gran afición. Reconozco que otras maneras de pensar, distintos gustos y puntos de vista, o simplemente la pérdida de mitos, me desconectaron de él durante una década, sin embargo hoy he estado escuchando muchas de sus canciones en la radio y he vuelto a encontrarme con amigos perdidos, torpezas de amor y sobre todo a mirar atrás, como dijo él mismo en esta canción
En la esquina de una calle se paró.
En su casa aún no saben que escapó.
Contando las baldosas al andar
dudando si, volver atrás.
Piensa en su chica que le esperará
pero ahora nada le detendrá.
Una cabina, unas monedas, sin valor.
Al otro lado un amigo contestó.
Juntos se fueron en expedición,
en una noche llena de ambición
a grandes pasos fueron a escapar
cuando tras ellos todo iba a estallar...
Algunos han conseguido olvidar
y ahora su chica se ha vuelto a enrollar.
Tan sólo hay algo que funciona mal
y es que su amigo se ha echado atrás.
Atrás...
Atrás de Nacha Pop (Antonio Vega), L.P. Buena Disposición (1982)
Lo dicho, como las canciones hay pocas maneras de volver a vivir y sentir momentos, sensaciones bonitas y duras al mismo tiempo, y Antonio Vega con Nacho García Vega, Carlos y Ñete, hicieron muy bien su trabajo porque escuchando sus canciones parece que todo ese tiempo no es tanto más allá de las arrugas y cierta destreza perdida, y se lo dedico a Fernando y Carlos, dos amigos que me descubrieron estas canciones.
Si os interesa podeis escuchar y ver Atrás en youtube:
Otras buenas canciones como Alta Tensión, Nadie puede parar:
Una décima de segundo:
Un nuevo plan:
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